sábado, 4 de abril de 2020

Historias para pensar. Ciencias naturales CUARTO


CUENTO CIENCIAS NATURALES.
4º EDUCACIÓN PRIMARIA.
PROYECTO “BICHOS Y MÁS BICHOS”.

La vida del planeta es tranquila, en ella podemos encontrar algunos seres vivos que, por pequeños que nos parezcan, cobran una gran importancia en nuestro planeta. Muchas veces, el ser humano, por su capacidad egoísta y destructiva, no es consciente de la importancia que dichos seres invertebrados tienen en su propia vida y hace que esta tranquilidad que les caracteriza, se vea enormemente alterada…
o   EN EL MAR…
Los habitantes del poblado de Enstimar son felices.
El sheriff Cangrejo siempre intenta mediar ante todos los conflictos que surgen, tiene mal genio, pero suele ser bastante justo con todos los habitantes.
Suerte que cuenta con la ayuda de los Erizos de mar, sus fieles compañeros, que si algo se pone feo, sacan a pasear sus púas, y llevan a los malhechores ante Cangrejo.
Medusa abastece el poblado de luz, mientras Calamar cada mañana reparte los periódicos escritos con su tinta para que los habitantes estén al tanto de las noticias diarias.
Esponja purifica y limpia el agua del poblado.
Mejillón siempre ha sido el más triste. Todo el mundo se mete con él, le hacen de menos, le miran mal porque nunca ha aportado nada a los demás. Nunca ha sabido de qué forma podía ayudar. Se siente inútil e inferior a los demás.

Amanece en Enstimar, y todos los habitantes ven, desde las ventanas de sus casas, a Calamar más nervioso que nunca.
Va nadando a toda velocidad por las calles, lanzando los periódicos y gritando a la vez:
-         ¡¡¡¡Se avecina una tormenta que removerá toda la basura del mar y arrasará con nuestro poblado!!!!
Todos salen nerviosos a las puertas de sus casas y deciden reunirse para ver de qué forma pueden salvar al poblado. No se ponen de acuerdo de cómo pueden ayudar, todos quieren sentirse importantes y se preocupan más de salvarse a ellos mismos que del poblado en general.
-         Yo soy el sheriff del poblado y el más fuerte, por lo  que yo organizaré todo, dice Cangrejo.
-         Sin mí no  eres nadie, apunta Erizo.
-         ¿Qué decís?, sin que yo os lleve las noticias, ¡¡¡nunca os enteraréis de cómo  y cuándo debéis actuar!!!, grita Calamar.
-         ¡¡Que no pase de noche!! Porque sin mi luz, a ver cómo lo hacéis… comenta chulita Medusa.
Y así de esta forma siguieron discutiendo durante horas, por lo que la tormenta les pilló desprevenidos.
Mejillón escuchaba todo desde un segundo plano, sintiendo que él no podía hacer nada, que era totalmente prescindible en el poblado.
La tormenta comenzó y no había lugar donde refugiarse. En ese momento, Mejillón se dio cuenta de que a él no le hacían daño las basuras que sobre los demás rebotaban. Como buen bivalvo que es, estaba protegido con su doble cocha.
-         Venid todos, os protegeré bajo mis enormes conchas. Decía Mejillón.

Todos corrieron hacia él, y se escondieron bajo las conchas hasta que la tormenta pasó.
Superaron juntos la tormenta con la gran ayuda de Mejillón.
Se dieron cuenta de que nunca le habían prestado atención, que nunca le habían tratado bien, y aún así él estuvo dispuesto a ayudarles.
Decidieron que nunca más iban a dejar de lado a nadie, que todos somos iguales, y merecemos el respeto y la ayuda de los demás.
Juntos se pusieron a trabajar muy duro para reconstruir su poblado, que por la acción del ser humano había quedado destruido. Esta vez sí se pusieron de acuerdo en la manera en que podían colaborar cada uno y así  lo hicieron.

o   EN LA TIERRA…
En su paseo matinal, Lombriz se encuentra con el  Sr. Caracol y la Sra. Babosa, que siempre van juntos a todos lados.
-         ¡¡Buenos días!! ¿Qué, dando un paseo por la mañana?, saluda Lombriz.
-         Buenos días, sí, nos dirigimos a ver a Hormiga, que ayer Doña Araña nos comentó que empezásemos a recoger toda la comida posible, porque se están dando cuenta de que la sequía apremia, y tendremos que quedarnos en casa con las reservas que hayamos recolectado durante el invierno, ya que con el calor que va a venir, ni se podrá buscar comida, ni tendremos agua  para vivir ni nada… ¡¡y ya sabes que nosotros sin agua mal vamos!! exclama Sr. Caracol.
-         Pues ahora que lo dices, yo tampoco soy nadie sin agua. Voy arrastrándome a toda velocidad para contárselo a oruga y a ciempiés.
Cuando Lombriz llega a la casa de Doña Oruga y Don Ciempiés, les comenta todo lo que han hablado.
-         ¡¡Se avecina sequía en nuestra aldea!! ¿Qué podemos hacer? Les dice Lombriz.
-         Yo ayudaré en todo lo que pueda, responde Oruga.
-         ¿Tú? ¡Si te  arrastras igual que nosotros!, dice Ciempiés burlándose junto a Lombriz.
A la vuelta de hablar con Oruga y Ciempiés, Lombriz se vuelve a encontrar con Babosa y Caracol.
-         ¡¡Hola de nuevo!! Nos has dejado muy preocupados, Lombriz. ¿Qué te han dicho Oruga y Ciempiés?
-         Buenas… nada… esta Oruga, ¡¡pues no va y me dice que ella ayudará!! Ja,ja,ja. ¡¡Justo ahora que se va a tirar dos semanas en su escondrijo!!
Todos se echan a reír.
No entendían nada, ¿Por qué de pronto tenía que llegar esta sequía? Si ellos no habían sido culpables de nada que provocase eso.
Efectivamente ellos no eran culpables de nada, esta sequía ha sido causada por la deforestación del ser humano, la tala masiva de árboles ha hecho que muchos animales perdieran sus hogares y que otros se vean afectados por el intenso calor del verano sin ningún lugar donde refugiarse.
Nada pudo impedir el desastre, todos los animales se vieron afectados, muchos de ellos murieron y el pánico se apoderó de los que se mantenían con vida.
Oruga se metió en su crisálida, confiando que al salir de ella, todo este desastre hubiera acabado. Pero no.
Tras 14 días en la crisálida, salió una preciosa mariposa. De unos colores tan vivos que parecía el mismo arcoíris con alas.
Todos estaban bajo mínimos, intentando cruzar al otro lado del camino, dónde todavía queda algo de agua en una charca.
Oruga, que se había convertido en una Mariposa tuvo una idea: ahora tenía alas, y podía irlos llevando de uno en uno, volando al otro lado, de esta forma sobrevivirían.
Juntó todas sus fuerzas y fue trasladando a sus amigos. Juntos, ayudándose los unos a los otros, volvieron a organizar una nueva vida al lado de la charca. ¿Cuánto durarán a salvo? Todo dependerá del ser humano… de sus actos…

o   EN EL AIRE…
Locutor (en off): Hacía tiempo que las cosas no iban bien por Villabolardo. Todos y cada uno de los días había discusiones entre el mosquito, la mosca y la abeja por ver quién era más fuerte e imprescindible en el pueblo. Este es un ejemplo de un día cualquiera:
-         Mosca: Sabéis que sin mí no podríais vivir. Yo soy la encargada de limpiar este pueblo, comiendo la basura para que estéis más limpios y podáis andar por sus calles. Además, tengo un cuerpo fuerte, no como el de Mosquito.

-         Mosquito: ¡Pero qué dices! ¡Yo vigilo por las noches, y el pueblo está seguro conmigo mientras todos duermen! No como abeja, que se tira toda la noche durmiendo en su panal. ¡Y aunque tengo el cuerpo más pequeño, soy el más inteligente!


-         Abeja: ¡Sí, yo duermo por las noches porque estoy cansada de estar todo el día recolectando comida y miel para el pueblo! ¿Qué comida recolecta mosca? ¡Nada!

Locutor: La situación era casi insostenible. Hasta que un día, en plena discusión, sucedió algo que ninguno esperaba.
-         Mosquito: ¡Aunque no lo creáis, yo también polinizo las flores, además de vigilar el pueblo como ya sabéis ¡Sin mí no seríais nada!

-          Abeja: A mí me lo vas a contar, que soy la reina y la primera encargada de polinizar, y además de proveer comida. Mosca solo se dedica a limpiar. Eso podríamos hacerlo todos.



-         Mosca: ¿Qué solo me dedico a limpiar? Como te atreves a…

De repente, alguien muy grande y peligroso apareció en Villabolardo. Un enorme saltamontes que con sus inmensas patas destrozaba todo a su paso, y robaba la comida almacenada durante días.
-         Saltamontes: Vaya, vaya… Qué suerte he tenido… Pero si está esto lleno de comida. Con todo lo que hay en este pueblo puedo vivir el invierno entero sin tener que buscar alimento. Vosotros, bichejos minúsculos, ya os buscaréis la vida. Y si no… (dice sonriendo) moriréis! Ja,ja,ja.
Mosquito (lanzándose con su aguijón contra él): ¡Que te lo has creído! ¡Márchate!
En cuanto impactó contra Saltamontes, se llevó un golpe tan fuerte que cayó contra el suelo. Entonces, al ver lo ocurrido, Mosca hizo lo mismo que Mosquito gritando: ¡Déjame a mí, enclenque!
El resultado fue el mismo. Saltamontes riendo a carcajadas, y Mosca por los suelos… Fue el turno para Abeja, quién gritando “Yo soy la más fuerte, voy a defender a mi pueblo con mi aguijón” se abalanzó contra él. Pero lamentablemente, su suerte fue la misma que para tus dos compatriotas.
Ya desde el suelo y viendo con impotencia como Saltamontes empezaba a robarles comida, fue Mosquito quién les dijo: “Por separado no somos lo suficientemente fuertes… Va a acabar con nuestro pueblo…” A lo que Mosca respondió “Sí… a no ser…” se miraron los tres y Abeja dijo lo que estaban pensando: “unamos nuestras fuerzas”.
-         “¡Eh, tú! Deja eso donde estaba! Gritó Mosca. Saltamontes se giró y, burlón, les dijo: “¿otra vez vosotros tres? No os cansáis de perder?”

-         “Sí, pero esta vez no nos vas a ganar” asintió Mosca.
Los tres valientes insectos de aire se pusieron uno al lado del otro y empezaron a batir fuerte sus alas. Con mucho esfuerzo Abeja gritó: “¡No paréis! ¿Estamos a punto de conseguirlo!” Y siguieron hasta que el Saltamontes cedió del suelo y chocó bruscamente contra una pared de piedra.
Orgullosos, los tres se miraron, respirando fuerte todavía de tanto cansancio. Mosquito dijo: “Lo hemos conseguido”. “Sí. Hemos. Los tres juntos”, confirmó sonriente Mosca. “Si pensábamos que éramos fuertes, unidas vamos a ser invencibles” sentenció orgullosa Abeja. Y ambas se fundieron en un amistoso abrazo.
Mientras se siguen abrazando y riendo el Locutor afirma: Y desde ese día, Villabolardo fue un pueblo seguro. Pasaron el invierno sin ningún problema. Y muchos inviernos más.


FIN.

PARA PENSAR…
Espero que estas tres historias os hayan hecho reflexionar sobre la importancia de todos y cada uno de los seres vivos que habitan en nuestro planeta. Cada cual tiene su función en el ecosistema en el que habita. Y todas ellas son muy importantes. Por lo que debemos cuidar y respetar a cada ser vivo.
Además, estas historias nos hacen ver que debemos respetarnos, ayudarnos y que siempre que trabajemos unidos, se consiguen mejor las cosas; nunca debemos reírnos de los débiles, ni hacer de menos a nadie.


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